Como vimos anteriormente, la historia es una ciencia social que estudia las diferentes transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales de los seres humanos a lo largo del tiempo. Como lo indica Enrique Moradiellos en su libro El oficio del historiador, la historia es una ciencia porque busca construir verdades, y "tales verdades científicas se distinguen y se oponen a los dogmas, creencias, opiniones y conjeturas en virtud de su pretensión de objetividad, necesidad y carácter marcadamente crítico" (Moradiellos, 1978, p. 3). Así pues, la historia tiene un carácter objetivo y busca hallar hechos verídicos que se han manifestado a lo largo del tiempo. Por esta razón, la historia se basa en fuentes. Estas son muy importantes, ya que sin ellas, la historia sería un divagar sin ningún tipo de comprobación. Transmiten una información significativa sobre alguna época histórica. En este sentido, el trabajo que debe hacer el/la historiador/a es cuestionar estas fuentes, y después de un camino de análisis de las mismas, debe comprobarlas o rechazarlas. Así pues, las fuentes históricas son la materia prima de la historia. Se dividen en:
- Primarias: son las proveen
información directa del pasado. Pueden ser textos escritos o construcciones
- Secundarias: son las
interpretaciones que los o las historiadoras hacen de las fuentes primarias.
Pueden ser libros, tratados, censos, documentos, periódicos, etc.
Así, los/las historiadoras
deben buscar diferentes fuentes, ya sean escritas, orales o materiales, e
interpretar estas de una forma adecuada, para así reconstruir la historia.
Fuente histórica primaria
Fuente histórica secundaria
Referencias
Moradiellos, E. (1994). El
oficio del historiador
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